17 Mar 2010 La estrella de la música norteña, Ramón Ayala, aseguró ayer en su primera declaración pública tras ser detenido en México en una fiesta de narcotraficantes, que no tenía idea de que había sido contratado para tocar en ese lugar.
Ramón Ayala habló en conferencia, del infierno que él y sus músicos vivieron el día que fueron detenidos en la casa de un narco.
El denominado "Rey del Acordeón", ofreció ayer una conferencia de prensa en un restaurante de Pahrr, Texas y por primera vez habló de su arresto el pasado 11 de diciembre en Cuernavaca, en el central estado mexicano de Morelos.
Ese día Ayala y su grupo, junto a Los Cadetes de Linares y Grupo Torrente, amenizaban una posada navideña del Cártel de los Beltrán Leyva en Cuernavaca, cuando soldados de la armada de México realizaron un operativo para tratar de detener a los líderes del cártel.
Tres personas murieron durante una confrontación con los soldados en el lugar.
Ayala y los demás músicos que se encontraban ahí fueron detenidos y colocados bajo arraigo a lo largo de un mes, luego de lo cual fueron liberados.
Aseguró ayer martes que desconocía previamente que había sido contratado para tocar en una residencia privada y mucho menos en una fiesta de narcotraficantes.
"Ya al final de repente se apagaron las luces, la gente se salió y a los dos o tres minutos empezaron a escucharse los balazos por todos lados, nosotros nos tiramos al suelo", relató el cantante norteño.
El músico sostuvo que las autoridades mexicanas lo han exonerado de cualquier sospecha de que pudiera tener ligas con el crimen organizado y dijo que se encuentra listo para regresar a los escenarios y reactivar sus giras en ambos lados de la frontera.
Ayala relató que en el momento de los balazos pensó que los iban a matar. "Nos metimos todos a una recámara al lado de donde estábamos tocando y allí cayeron dos granadas, la casa se estremeció toda, la verdad nos salvamos de milagro", expresó.
"El Rey del Acordeón" explicó que ese sábado 10 de diciembre a regañadientes había aceptado ir a tocar, pues tenía un compromiso en Texas y era difícil regresar. Sin embargo, aceptó finalmente porque le prometieron moverlo en avión.
Ayala sostuvo que él directamente no hizo el contrato ni sabía para quién iba a tocar esa noche, ya que de eso se encargó su representante, la empresa Serca, del empresario Servando Cano.
"A mí me dijeron que se me iba a facilitar el avión desde Reynosa a México, que de allí nos trasladaban a Puebla, aceptamos, pero ya en el Aeropuerto de México nos trasladaron a esa casa, nos habían dicho que era una quinceañera, en un casino grande, pero no, era una casa particular y no en Puebla, ya no quisimos decir que no, las circunstancias nos llevaron a aceptar tocar", explicó.
Ramón Ayala dice que, contrario a lo que esperaban los grupos musicales contratados, no había mucha gente.
"Nomás estaba ese señor y su mujer, era un cuarto como éste (de 6 por 8 metros), estábamos tocando conectados a una bocinita", detalló.
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